Devoción a San Antonio de PaduaConfesor y Doctor de la Iglesia Festividad 13 de Junio Responso de San AntonioSi buscas milagrosmira muerte y error desterrados,miseria y demonio huidos,leprosos y enfermos sanos.El mar sosiega su ira,redímense encarcelados,miembros y bienes perdidos,recobran mozos y ancianos.El peligro se retira,los pobres van remediados,cuéntenlo los socorridos,díganlo los paduanos.El mar sosiega su ira...Gloria al Padre, gloria al Hijo,gloria al Espíritu Santo.El mar sosiega su ira...Ruega a Cristo por nosotrosAntonio gloriosos y Santo,para que dignos así,de sus promesas seamos.Amén.Oración propia del ResponsoHaced
¡oh, Señor! que la intercesión de vuestro confesor y doctor, San
Antonio llene de alegría a vuestra Iglesia, para que siempre sea
protegida por los auxilios espirituales y merezca alcanzar los eternos
goces. Por Cristo Nuestro Señor. amén. Otro Responso muy antiguo de sabor popularSe cree que fue compuesta por el pueblo cuando acababa de ser beatificado. San Antonio de Padua que en Padua nacisteis y en Portugal te criaste; donde predicó el Señor, tú predicaste. Estando predicando el Señor te reveló que a tu Santísimo padre iban a ahorcarlo; bajaste del púlpito para ir a salvarlo; el santo breviario perdiste, la Virgen María te lo encontró, tres voces te dio: Beato Antonio, Beato Antonio, Beato Antonio vuelve atrás que el santo breviario encontrarás. Por los milagros que has hecho de llevar al Niño Dios en tus brazos te pido: Que el perdido sea hallado,que el alejado sea encontrado que lo olvidado sea acordado. Tres ciertas señales te pido: Un gallo cantar, una puerta cerrar, un niño llorar. No es por mi sabiduría, que es por la de Dios y la Virgen María. Reza un Padrenuestro y un Avemaría. Canción de los pajarillosDivino Antonio precioso, suplicad al Dios inmenso que por tu gracia divina alumbre mi entendimiento.Para que mi lengua refiera el milagro que en el huerto obraste de edad de ocho años. Desde niño fue criado con mucho temor de Dios, de sus padres estimado y del mundo admiración.Fue caritativo y perseguidor de todo enemigo con mucho rigor.Su padre era un caballero cristiano, honrado y prudente, que mantenía su casa con el sudor de su frente.Y tenía un huerto donde recogía cosechas del fruto que el tiempo traía.Por la mañana un domingo, como siempre acostumbraba, se marchó su padre a Misa, cosa que nunca olvidaba. Y le dijo: "Antonio ven aca, hijo amado, escucha, que tengo que darte un recado. Mientras que yo estoy en Misa gran cuidado has de tener, mira que los pajarillos todo lo echan a perder. Entran en el huerto,pican el sembrado, por eso te adviertoque tengas cuidado."Cuando se ausentó su padre y a la iglesia se marchó, Antonio quedó cuidando y a los pájaros llamó. Venid, pajaritos, dejad el sembrado, que mi padre ha dicho que tenga cuidado.Para que mejor yo pueda cumplir con mi obligación, voy a encerraros a todos dentro de esta habitación. Y a los pajarillos entrar les mandaba, y ellos muy humildes en el cuarto entraban. Por aquellas cercanías ningún pájaro quedó porque todos acudieron cuando Antonio los llamó.Lleno de alegríaSan Antonio estaba,y los pajarillosalegres cantaban.Al ver venir a su padreluego les mandó callar,y llegó su padre a la puertay comenzó a preguntar:"¿Qué tal, Antoñito?ven acá hijo amado, ¿de los pajaritos qué tal has cuidado?"El hijo le contestó: padre, no tenga cuidado, que para que no hagan daño, todos los tengo encerrados. El padre que viomilagro tan grande, al señor obispo trató de avisarle. Acudió el señor obispo con grande acompañamiento, quedando todos confusos al ver tan grande portento. Abrieron ventanas,puertas a la par,por ver si las avesse quieren marchar.Antonio les dijo entonces:señores, nadie se agravie,los pajarillos no marchan hasta que yo se lo mande.Se puso a la puertay les dijo así:¡Ea, pajarillos,ya podéis salir!Salgan cigüeñas con ordenáguilas, grullas y garzas,gavilanes y abutardas,lechuzas, mochuelos y grajas.Salgan las urracas,tórtolas, perdices,palomas, gorrionesy las codornices.Salgan el cuco y el milano,burla pastor y andarríoscanarios y ruiseñores,tordos, gafarrón y mirlos.Salgan verderones,y las corderinas,y las cogujadas, y las golondrinas.Al instante que salieron todas juntitas se ponen, escuchando a San Antonio para ver lo que dispone. Antonio les dijo:No entréis en sembrados,marchad por los montes,por riscos los prados.Al tiempo de alzar el vuelo,cantan con dulce alegría,despidiéndose de Antonioy la insigne compañía.El señor obispo,al ver tal milagro,por diversas partesmandó publicarlo.Árbol de grandiosidades, fuente de la caridad, depósito de bondades, padre de inmensa piedad. Por la señal...Rosario de San Antonio y si se desea, seguido de sus letanías. Señor mío Jesucristo... Para más obligar al Santo, cada día se puede añadir el Oración propia de la novena para todos los días Gloriosísimo
San Antonio de Padua que, por vuestro increíble poder, recibido de Dios
Nuestro Señor obráis tantos milagros y sois la admiración del mundo, a
vos acudo y suplico que me alcancéis lo que os pido por medio de esta
novena, si es Voluntad del Señor y de la Santísima Virgen y lo más
conveniente para mi alma. Amén. Día primero - Muerte:
Insigne San Antonio, que resucitasteis a tantos muertos, pedid al Señor
que me guarde de caer en pecado mortal y que me conceda la gracia de
morir después de recibir los Santos Sacramentos. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día segundo - Error:
Amabilísimo San Antonio, que guiasteis a tantas almas por el camino del
cielo, alcanzadme la gracia de perseverar en la Fe y en el Amor de
Dios. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día tercero - Miseria:
Piadosísimo San Antonio que os distinguisteis por vuestra compasión
hacia los desgraciados, haced que sepa conformarme con la Voluntad de
Dios en todas mis tribulaciones. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día cuarto - Demonio:
Poderosísimo San Antonio que libráis de los ataques del espíritu
maligno a cuantos os invocan, obtenedme la gracia de que jamás consienta
en las tentaciones de los enemigos de mi alma. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día quinto - Enfermos curados:
Caritativo San Antonio que curáis las enfermedades del cuerpo y del
espíritu, rogad por mí a fin de que, con salud del alma y del cuerpo, en
todo tiempo sirva fielmente al Señor. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día sexto - El mar:
Maravilloso San Antonio que hasta sobre el mar dejasteis sentir vuestro
poder, guiadme enmedio del proceloso mar de la vida y protegedme en
todos los peligros, para que no se pierda mi alma. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día séptimo - Los presos:
Compasivo San Antonio que rompéis las cadenas de la cautividad y de las
malas pasiones, rogad por vuestro/a devoto/a a fin de que nunca me deje
esclavizar por los vicios y pecados. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día octavo - Bienes perdidos:
Benditísimo San Antonio que hacéis hallar las cosas perdidas, logradme
que recobre lo que pueda perder y que conserve cuanto aprecio y en
especial la gracia y amistad de Dios. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Día noveno - Pobreza:
Misericordiosísimo San Antonio que socorréis a los pobres y
necesitados, auxiliadme en mis penas y tribulaciones y haced que yo
halle en vos el consuelo y bienestar que necesito. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.Rosario de San Antonio Comenzamos el Rosario con la Señal de la Cruz y el Acto de contrición(Si se añade como parte de la novena no es necesario repetir estas dos oraciones:) Por la señal... Señor mío Jesucristo...El
Rosario de San Antonio lo forman 39 cuentas, el mismo número de azotes
que, según la Santa Tradición recibió Jesús en la Pasión. Son 13 grupos
de 3 cuentas cada uno, en todos los cuales se hace una invocación y un
Padrenuestro en la primera cuenta, un Avemaría en la segunda y un Gloria
en la tercera. Oración preparatoria propia del Rosario Abrid,
Señor, mis labios para bendecir vuestro Santo Nombre y el de vuestra
Santísima Madre, la Bienaventurada Siempre Virgen María, al rezar los
trece Padrenuestros, Avemarías y Glorias con sus trece invocaciones en
honor de vuestro siervo San Antonio, cuyas virtudes deseo, con vuestra
gracia, imitar en la tierra, para después gozar de vuestra gloria en el
cielo. Amén.Las trece Invocaciones San Antonio que resucitasteis a los muertos, ruega por los moribundos y por nuestros difuntos. Amén. 1ª.- Padrenuestro, Avemaría y Gloria.2ª.-
San Antonio apóstol celoso del Evangelio, presérvanos de los errores de
los enemigos de Dios y ruega por el Papa, por nuestra Iglesia y por
nuestra patria. Amén.3ª.- San Antonio que tanto puedes ante Dios líbranos de las calamidades que por nuestros pecados nos amenazan. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.4ª.- San Antonio que ahuyentas a los demonios, líbranos de todos sus lazos. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.5ª.- San Antonio lirio de celestial pureza, limpia las manchas de nuestra alma y guarda nuestro cuerpo de todo peligro. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.6ª.- San Antonio médico celeste, cura nuestros enfermos y consérvanos la salud. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.7ª.-
San Antonio guía de caminantes conduce a puerto seguro a los que están
en peligro de perderse y calma las agitadas olas de las pasiones que
atormentan nuestras almas. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.8ª.- San Antonio redentor de cautivos, líbranos de la esclavitud del mal. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.9ª.- San
Antonio que a mozos y ancianos devuelves el uso de los miembros, haz
que usemos santamente los sentidos del cuerpo y las facultades del alma.
Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.10ª.-
San Antonio que restituyes las cosas perdidas, haz que recobremos
cuanto hubiéremos perdido en el orden espiritual o temporal. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.11ª.- San Antonio amado de María, apártanos de los peligros que amenazan a nuestro cuerpo y a nuestro alma. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.12ª.-
San Antonio que socorres a los pobres, ayúdanos en nuestras necesidades
y da pan y trabajo a los menesterosos que a ti acuden. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.13ª.- San
antonio reconocidos proclamamos tu milagroso poder y agradecidos te
suplicamos que nos protejas todos los días de nuestra vida y en la hora
de la muerte. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.Este rosario se termina con las tres Avemarías como en el Rosario a Nuestra Señora: 1ª.- Virgen purísima antes del parto, ruega por nosotros. Avemaría. 2ª.- Virgen purísima en el parto, ruega por nosotros. Avemaría. 3ª.- Virgen purísima después del parto, ruega por nosotros. Avemaría.Responso ahora si no está siguiendo la novena. Si a continuación desea rezar las letanías, puede omitir ahora la: Rece el Piadosísimo
Dios que ilustras con esplendores indeficientes a tu siervo San
Antonio, concédenos benigno que alcancemos eficazmente por su
intercesión lo que confiadamente te pedimos por sus méritos. Por Cristo
Nuestro Señor. Amén.Otro Rosario a San Antonio de Padua(Al estilo letanías) Oración preparatoria(La misma que el anterior Rosario) Ruegos San Antonio de Padua, apóstol por la Fe, ruega por nosotros. 1º.- Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 2º.- San Antonio de Padua, Patriarca por la Esperanza, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 3º.- San Antonio de Padua, serafín por la Caridad, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 4º.- San Antonio de Padua, que practicasteis la Mansedumbre y la Humildad de Jesús, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 5º.- San Antonio de Padua, ángel por la Castidad, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 6º.- San Antonio de Padua, prodigio de Penitencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 7º.- San Antonio de Padua Espejo de Obediencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 8º.- San Antonio de Padua, mártir por la Paciencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 9º.- San Antonio de Padua, querubín por la Oración, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 10º.- San Antonio de Padua, celador de la Justicia, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 11º.- San Antonio de Padua, dechado de Templanza, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 12º.- San Antonio de Padua, perla de Pobreza, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 13º.- San Antonio de Padua modelo de Constancia, ruega por nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Las tres AvemaríasResponsoOración final del Rosario Señor, ten piedad Cristo, ten piedad Señor, ten piedad Cristo, óyenos Cristo, escúchanos Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros Trinidad Santa Un sólo Dios Verdadero, ten piedad de nosotros Santa María concebida sin pecado original, ruega por nosotros Gloria de la orden seráfica - Ruega por nosotros Arca del Testamento Santuario de sabiduría celestial Conculcador de las vanidades mundanas Vencedor de la concupiscencia Prodigio de penitencia Espejo de obediencia Perla de pobreza Lirio de celestial pureza Tipo de humildes Amante apasionado de la Cruz Mártir por el deseo Horno de la Caridad Celador de la Justicia Apóstol del Evangelio Luz brillante de pecadores Terror de los infieles Modelo de perfección Consuelo de los afligidos Castigador de los crímenes Defensor de la inocencia Libertador de los cautivos Guía de pecadores Médico de los enfermos Obrador de milagros Quien restituye el habla a los mudos Quien da oído a los sordos Quien da vista a los ciegos Quien da agilidad a los tullidos Quien ahuyenta a los demonios Quien resucita a los muertos Quien hace encontrar las cosas perdidas Quien amenaza el furor de los tiranos De las asechanzas del enemigo, - San Antonio líbranos Por tu poderosa intercesión En todo el transcurso de la vida, San Antonio protégenos. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros. Ruega por nosotros, oh, glorioso San Antonio, para que seamos dignos de alcanzar la promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén. Si se reza el Rosario y las Letanías seguidos, se reza ahora la oración final del Rosario Los trece martes a San Antonio Por haber obrado el Santo Taumaturgo de Padua el martes siguiente al día de su muerte, tantos milagros que cuantos le invocaron recibieron consuelo, sus devotos le han consagrado la devoción de los trece martes. Esta práctica se extendió más cuando el mismo Santo la recomendó a una señora de Bolonia si deseaba lograr sus gracias y favores, llegando a su apogeo al conceder León XIII, el 3 de julio de 1898 indulgencia plenaria a todos los fieles que, recibidos los Santos Sacramentos, visitaren una Iglesia franciscana y al enriquecerla el 1 de marzo de 1899 con una indulgencia plenaria para cada uno de los trece martes o domingos consecutivos, en los cuales los fieles recibieran los Santos Sacramentos y practicaran en obsequio del Santo, algún piadoso ejercicio de piedad. 1º Martes.- Considera
el candor e inocencia de vida que, desde su infancia guardó San Antonio
de Padua. Pide al Santo de los milagros, que te alcance del Señor la
pureza de alma y cuerpo.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.2º Martes.-
Considera el menosprecio en que tuvo San Antonio las riquezas y los
honores de este mundo, al entrar en religión para consagrarse a Dios.
Pide al Santo que te alcance la victoria contra los enemigos de tu alma.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.3º Martes.-
Considera el celo de San Antonio, consagrado en la Orden Franciscana a
la evangelización de los pueblos, para llevar almas a Dios. Pide al
Santo que te alcance la gracia de cumplir con tus deberes cristianos y
tus buenos propósitos ofrecidos al Señor.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.4º Martes.-
Admira la humildad profunda del Taumaturgo de Padua, a pesar de los
tesoros de gracia y de ciencia de que estaba adornado. Pide al Santo la
singular merced de conservarte humilde a los ojos de Dios.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.5º Martes.- Pondera el
notable don de ciencia que poseyó San Antonio y que reveló el mismo
Señor para provecho de las almas. Pide al Santo que te alcance una Fe
viva y un conocimiento perfecto de la ciencia que lleva a Dios.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.6º Martes.- Considera
la singular eficacia de la predicación de San Antonio en la conversión
de los herejes y pecadores. Pídele que te alcance la piedad y humilde
sujeción necesaria para salvar tu alma.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.7º Martes.- Considera
el amor y la ternura de San Antonio en socorrer a los desvalidos y
desgraciados. Ruega al Santo que te ayude en tus necesidades del alma y
del cuerpo.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. 8º Martes.- Admira los portentosos milagros que obró San Antonio durante su vida mortal. Pídele que te obtenga el amor de Dios y que sepas dar al prójimo el óbolo de la caridad y buen consejo.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.9º Martes.-
Considera la confianza en Dios que tuvo San Antonio y el respeto a la
Palabra Evangélica, al predicar a los peces para confusión de los
herejes. Pide al Santo la gracia de escuchar con devoción la Divina
Palabra, para que fructifique en tu alma.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.10º Martes.-
Pondera la devoción que siempre profesó San Antonio a Nuestra Santísima
Madre María, mereciendo su visita y sus gracias. Ruega al Santo que te
alcance igual amor y confianza en Nuestra Bendita Madre.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.11º Martes.-
Considera la suma reverencia de San Antonio al Santísimo Sacramento,
obligando a los irracionales a postrarse ante la Hostia Consagrada. Pide
la gracia de que recibas siempre con fervor la Sagrada Eucaristía y
asistas a la Santa Misa con profunda adoración.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.12º Martes.-
Recuerda la heroica paciencia de San Antonio en sus enfermedades y el
gran deseo de verse libre de los lazos de este mundo para ir al cielo,
muriendo a los 36 años, consumido en amor de Dios. Pídele que en la hora
de la muerte tengas la dicha de recibir los Últimos Sacramentos y
pronuncies los dulces nombres de Jesús, María y José.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.13º Martes.-
Considera las muchas obras que nos ha dejado nuestro glorioso Santo,
para que podamos obsequiarle y alcanzar sus favores y gracias en esta
vida. Pídele que sepas aprovecharte de tales gracias para gloria de Dios
y de la Santísima Virgen, honra del Santo y provecho de tu alma.Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso. Oración a San Antonio en el día de su fiesta 13 de Junio Trece minutos con San Antonio Arrodillados ante su imagen (o estampa) le diremos con ternura:Trece
minutos que estaré a tus pies, padre mío San Antonio, para ofrecer mi
invocación sentida ante tu imagen milagrosa, de quien tanto espero, pues
bien se ve que tú tienes poderosas fuerzas divinas para llegar a Dios.
Así lo revelan tus patentes milagros, padre mío San Antonio, pues cuando
acudimos a ti en horas de tribulaciones, siempre somos prontamente
escuchados. Hoy que es un
día tan grande, llegarán a ti, miles de almas, que son tus fervientes
devotos, a pedirte, porque sabemos que nos harás grandes concesiones,
poniendo en primer turno a los más necesitados para que reciban tus
favores. ¡Qué consolado me siento al entregarte mis penas! Espero
Santo mío me concedas la gracia que deseo y si me la concedes, te
prometo contribuir con una limosna para tus niños pobres. Tres
grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran
aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas.
¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las
tres, y tú jamas te niegas a concederlas! ¡Qué llegue hoy a ti lo mío
que tan necesitado pone a tus pies éste humilde devoto. Tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.Cinco minutos en compañía de San Antonio Procura
todos los días recogerte durante al menos cinco minutos ante el altar o
imagen de San Antonio, figurándote que te habla en la siguiente o
parecida forma: Mucho
tiempo hace que yo te esperaba, porque conozco las necesidades en las
que te encuentras y cuyo socorro deseas obtener del Señor por mi
intercesión. Estoy pronto a dispensártelo; manifiéstame sinceramente lo
que necesitas; franquéame tu corazón afligido; yo derramaré sobre él una
gota del bálsamo celestial que cure todas tus llagas y haga desaparecer
tus dolores. ¿Pobre hijo/a mío/a! ¡cuántas son tus adversidades,
tribulaciones e indigencias, así del cuerpo como del alma! ¿No es verdad
que deseas mi auxilio para llevar a feliz término aquel asunto, para
salir airoso de aquel pleito, para encontrar aquella cosa o ser
perdidos, para recobrar aquellos intereses, para precaver aquel mal que
te amenaza, para conseguir aquel bien que deseas, para restituir la paz
en la familia o en aquella otra en donde sabes que ha echado raíces la
cizaña de la discordia, para impetrar el dolor de los pecados para ti o
para aquellas otras personas, para alcanzar las virtudes cristianas,
para librarte a ti y a aquellos tus seres queridos y amigos del peligro
del pecado, para librar a tal o cual alma allegada de las penas del
Purgatorio? Manifiéstame
hijo/a mío/a con entera confianza tus deseos. Prontísimo estoy a
escuchar tus súplicas, con tal que no sean contra tu bien espiritual y
las propongas conforme a la Voluntad divina. Mas a cambio de mi generosa
protección te pido una insignificante muestra de agradecimiento: si me
quieres hallar siempre propicio, sé más asiduo en la recepción de los
Santos Sacramentos, más devoto de la Pasión del señor y de Nuestra
Amantísima Madre María, más amante de los pobres y de las Ánimas
Benditas del Purgatorio; pues has de saber que nada niego cuando se me
pide mediante alguna ofrenda material para los míseros o espiritual para
Jesús y María y las Ánimas. Has de tener en suma, una voluntad pronta y
decidida no sólo para ser buen/a cristiano/a, sino aun para seguir la
divina vocación, si te llama a estado más perfecto. Bien, ahora ya te concedo la gracia que más ansiabas; recibe mi bendición, vete en paz a tus quehaceres y jamás vuelvas a pecar.
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Ofrecer
el sacrificio por el descanso de los difuntos (...) es una costumbre
observada en el mundo entero. Por eso creemos que se trata de una
costumbre enseñada por los mismos Apóstoles. En efecto, la Iglesia
católica la observa en todas partes; y si ella no creyera que se les
perdonan los pecados a los fieles difuntos, no haría limosnas por sus
almas, ni ofrecería por ellas el sacrificio a Dios. San Isidoro de Sevilla Sobre los oficios eclesiásticos, 1 Debemos
ayudar a los que se hallan en el purgatorio. Demasiado insensible seria
quien no auxiliara a un ser querido encarcelado en la tierra; mas
insensible es el que no auxilia a un amigo que esta en el purgatorio,
pues no hay comparación entre las penas de este mundo y las de allí. Santo TomásSobre el Credo, 5, 1. c., p. 73 |
ORACIÓN A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
¡Oh
glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San
Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que
interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas,
consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y
sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores,
vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu
devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la
más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas. Amén__________
¡Oh
glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San
Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que
interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas,
consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y
sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores,
vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu
devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la
más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas. Amén |
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dulcísimo
Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser
circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas,
atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero;
presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con
falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes,
coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una
púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y
levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a
beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor,
por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a
las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a
descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de
vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del
infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino,
adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que
vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los
siglos. Amén.__________
Dulcísimo
Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser
circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas,
atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero;
presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con
falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes,
coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una
púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y
levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándoos a
beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Librad, Señor,
por tantos y tan acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a
las almas del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a
descansar a vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de
vuestra sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del
infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino,
adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con Vos, que
vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los
siglos. Amén. |
ORACIÓN PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dios
omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las
benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y
antepasados.A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!Ayudad a mis hermanos y parientes. Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales. Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos. Ayudad a cuantos debo amor y oración. Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado. Ayudad a los que han faltado contra mí. Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección. Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos. Ayudad a los que os desean más ardientemente. Ayudad a los que sufren más. Ayudad a los que están más lejos de su liberación. Ayudad a los que menos auxilio reciben. Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia. Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres. Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos. Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera. Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo. Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas. Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho. Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas. Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos. Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado. Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos. Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos. Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer. Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo. Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte. Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante. Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado. Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes. Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis maestros y pastores de almas. Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis. Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica. Ayudad a los defensores de la santa fe. Ayudad a los caídos en los campos de batalla. Ayudad a los sepultados en los mares. Ayudad a los muertos repentinamente. Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.V. Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.V. Que en paz descansen. R. Amén.
Dios
omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las
benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y
antepasados. A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia! Ayudad a mis hermanos y parientes. Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales. Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos. Ayudad a cuantos debo amor y oración. Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado. Ayudad a los que han faltado contra mí. Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección. Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos. Ayudad a los que os desean más ardientemente. Ayudad a los que sufren más. Ayudad a los que están más lejos de su liberación. Ayudad a los que menos auxilio reciben. Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia. Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres. Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos. Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera. Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo. Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas. Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho. Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas. Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos. Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado. Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos. Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos. Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer. Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo. Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte. Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante. Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado. Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes. Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis maestros y pastores de almas. Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis. Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica. Ayudad a los defensores de la santa fe. Ayudad a los caídos en los campos de batalla. Ayudad a los sepultados en los mares. Ayudad a los muertos repentinamente. Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos. V. Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.V. Que en paz descansen. R. Amén. |
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MODO DE PRACTICAR ESTA PIADOSA DEVOCIÓN Para
hacer este ejercicio, cada uno puede servirse de un rosario común de
cinco decenas, recorriéndolo dos veces para formar las diez decenas, o
sea la centena de Réquiem.Se empieza rezando un Padrenuestro y después una decena de Réquiem en esta forma:Dadles, Señor, el eterno descanso y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.En cada cuenta grande se dirá la jaculatoria y ofrenda siguientes:JACULATORIAAlmas
santas, almas purgantes, rogad a Dios por nosotros, que nosotros
rogaremos por vosotros para que El os dé la gloria del paraíso.OFRENDAPadre
eterno, os ofrecemos la sangre, pasión y muerte de Jesucristo, los
dolores de la Santísima Virgen y los de San José, por la remisión de
nuestros pecados, la libertad de las almas del Purgatorio y la
conversión de los pecadores.En
seguida se rezan la segunda y demás decenas de Réquiem sobre las
cuentas pequeñas, repitiendo la jaculatoria y la ofrenda sobre cada
cuenta grande. Acabadas las diez decenas, o sea la centena de Réquiem,
se rezará la siguiente oración:DE PROFUNDIS Salmo CXXIX de DavidDesde el profundo abismo de mis penas a Ti clamo, Señor, de noche y día; oye, mi Dios, los incesantes ruegos de un corazón contrito que se humilla.Estén gratos y atentos tus oídos a mi voz lamentable y dolorida: a Ti mis ayes y gemidos lleguen pues a escucharlos tu piedad se inclina.¿Si siempre airado tus divinos ojos sobre las culpas de los hombres fijas, quién estará confiado en tu presencia, confundiéndonos sólo ante tu vista?Más la eterna palabra de tu seno que aplaque espero tus terribles iras; porque son inefables tus promesas y con tus gracias pecador invitas.Así aunque mi alma acongojada gime contemplando el rigor de tu justicia, por tu palabra la indulgencia espera, de que la hacen culpas tan indigna.¡Oh pueblo electo! De mañana y noche, en todos tus peligros y fatigas, acógete al Señor con la confianza que en su ley soberana nos intima.Porque es inagotable su clemencia; se muestra con los flacos compasiva; de todas sus miserias los redime, y siempre que le claman los auxilia.Este Dios abrevie el tiempo en que logre Israel su eterna dicha cuando de tus pecados la liberte, que con tanto rigor la tiranizan.Encomendémonos ahora a las almas del Purgatorio y digamos:¡Almas
benditas! nosotros hemos rogado por vosotros que sois tan amadas de
Dios y estáis seguras de no poderlo más perder: rogadle por nosotros
miserables que estamos en peligro de condenarnos para siempre.¡Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio!
Para
hacer este ejercicio, cada uno puede servirse de un rosario común de
cinco decenas, recorriéndolo dos veces para formar las diez decenas, o
sea la centena de Réquiem. Se empieza rezando un Padrenuestro y después una decena de Réquiem en esta forma: Dadles, Señor, el eterno descanso y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz. En cada cuenta grande se dirá la jaculatoria y ofrenda siguientes: JACULATORIA Almas
santas, almas purgantes, rogad a Dios por nosotros, que nosotros
rogaremos por vosotros para que El os dé la gloria del paraíso. OFRENDA Padre
eterno, os ofrecemos la sangre, pasión y muerte de Jesucristo, los
dolores de la Santísima Virgen y los de San José, por la remisión de
nuestros pecados, la libertad de las almas del Purgatorio y la
conversión de los pecadores. En
seguida se rezan la segunda y demás decenas de Réquiem sobre las
cuentas pequeñas, repitiendo la jaculatoria y la ofrenda sobre cada
cuenta grande. Acabadas las diez decenas, o sea la centena de Réquiem,
se rezará la siguiente oración: DE PROFUNDIS Salmo CXXIX de David Desde el profundo abismo de mis penas a Ti clamo, Señor, de noche y día; oye, mi Dios, los incesantes ruegos de un corazón contrito que se humilla. Estén gratos y atentos tus oídos a mi voz lamentable y dolorida: a Ti mis ayes y gemidos lleguen pues a escucharlos tu piedad se inclina. ¿Si siempre airado tus divinos ojos sobre las culpas de los hombres fijas, quién estará confiado en tu presencia, confundiéndonos sólo ante tu vista? Más la eterna palabra de tu seno que aplaque espero tus terribles iras; porque son inefables tus promesas y con tus gracias pecador invitas. Así aunque mi alma acongojada gime contemplando el rigor de tu justicia, por tu palabra la indulgencia espera, de que la hacen culpas tan indigna. ¡Oh pueblo electo! De mañana y noche, en todos tus peligros y fatigas, acógete al Señor con la confianza que en su ley soberana nos intima. Porque es inagotable su clemencia; se muestra con los flacos compasiva; de todas sus miserias los redime, y siempre que le claman los auxilia. Este Dios abrevie el tiempo en que logre Israel su eterna dicha cuando de tus pecados la liberte, que con tanto rigor la tiranizan. Encomendémonos ahora a las almas del Purgatorio y digamos: ¡Almas
benditas! nosotros hemos rogado por vosotros que sois tan amadas de
Dios y estáis seguras de no poderlo más perder: rogadle por nosotros
miserables que estamos en peligro de condenarnos para siempre. ¡Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio! |
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Alma llevada al cielo. 1878. A. W. Bouguereau. Cortesía de ArtMagic
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DÍAS1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9
DÍA PRIMERO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y
santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que
por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes
aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al
cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San
José.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y
santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que
por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes
aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al
cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San
José. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA SEGUNDO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en
ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te
suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y
sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos
del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del
cielo.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en
ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te
suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y
sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos
del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del
cielo. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA TERCERO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o
en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de
los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no
quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en
esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos
y a todos llévalos pronto a su descanso.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o
en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de
los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no
quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en
esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos
y a todos llévalos pronto a su descanso. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA CUARTO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en
este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en
misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora
purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los
pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en
este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en
misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora
purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los
pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA QUINTO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su
culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra
con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la
mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y
sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su
culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra
con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la
mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y
sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA SEXTO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y
parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las
ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y
amigos de cuantos hacemos está novena, para que logren el descanso
eterno.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y
parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las
ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y
amigos de cuantos hacemos está novena, para que logren el descanso
eterno. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA SÉPTIMO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte,
recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos
de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles
tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y
por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y
a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte,
recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos
de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles
tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y
por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y
a nosotros recibir bien los últimos sacramentos. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA OCTAVO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado
aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los
retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia
en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos,
para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de
tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.Terminar con la oración final y el responso.__________
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado
aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los
retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia
en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos,
para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de
tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos. Terminar con la oración final y el responso. |
DÍA NOVENO
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.Señor
mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa:
mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora
de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y;
mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para
pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios,
los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que
pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la
gloria eterna.Terminar con la oración final y el responso.
Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc. Señor
mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa:
mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora
de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y;
mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para
pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios,
los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que
pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la
gloria eterna. Terminar con la oración final y el responso. |
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Se repite cinco veces para formar un Rosario de cinco dieces. Oración inicial:
| ||
1. Jesús mío, por aquel sudor copioso de sangre que sudaste en el huerto, ten misericordia de las almas del Purgatorio (o del alma de N.) | 6. Jesús mío, por tu santísimo rostro lleno de sangre, que dejaste impreso en el velo de la Verónica, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | |
2. Jesús mío, por la bofetada que recibió tu rostro venerable, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | 7. Jesús mío, por la vestidura sangrienta que con violencia te desnudaron los sayones, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | |
3. Jesús mío, por los crueles azotes que sufriste, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | 8. Jesús mío, por tu santísimo Cuerpo clavado en la cruz, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | |
4. Jesús mío, por la corona de agudas espinas que traspasaron tu santísima cabeza, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | 9. Jesús mío, por tus santísimos pies y manos clavados con duros clavos, ten misericordia de las almas del Purgatorio... | |
5. Jesús mío, por los pasos que diste en la calle de la Amargura con la cruz a cuestas, ten misericordia de las almas del Purgatorio… | 10. Jesús mío, por tu costado abierto al borde de una lanzada, de donde manó sangre y agua, ten misericordia de las almas del Purgatorio (o del alma de N.) | |
En lugar del Padrenuestro se dirá la siguiente oración:
|
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PRIMER MISTERIOOs
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre, en la noche
de vuestra dolorosa Pasión y cruel agonía en el huerto de las Olivos.Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.SEGUNDO MISTERIOOs
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre con el
tormento de los crueles azotes que sufristeis amarrado a una columna.Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos.TERCER MISTERIOOs
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
Vuestro amantísimo Corazón y el de vuestra Purísima Madre con la cruel
coronación de espinas, burlas y escarnios.Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.CUARTO MISTERIOOs
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en el
encuentro de la calle de la Amargura caminando con pesada cruz de
nuestros pecados.Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.QUINTO MISTERIOOs
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en las tres
horas de mortal agonía y afrentosa muerte en la Cruz.Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve.Pedid con fe y recibiréis.
PRIMER MISTERIO Os
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre, en la noche
de vuestra dolorosa Pasión y cruel agonía en el huerto de las Olivos. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos. SEGUNDO MISTERIO Os
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre con el
tormento de los crueles azotes que sufristeis amarrado a una columna. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos. TERCER MISTERIO Os
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
Vuestro amantísimo Corazón y el de vuestra Purísima Madre con la cruel
coronación de espinas, burlas y escarnios. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos. CUARTO MISTERIO Os
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en el
encuentro de la calle de la Amargura caminando con pesada cruz de
nuestros pecados. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos. QUINTO MISTERIO Os
suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis
tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió
vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en las tres
horas de mortal agonía y afrentosa muerte en la Cruz. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos. Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve. Pedid con fe y recibiréis. |
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Pensemos
en procurarles algún alivio del modo que podamos (...). ¿Cómo? Haciendo
oración por ellos y pidiendo a otros que también oren (...). Porque no
sin razón fueron establecidas por los apóstoles mismos estas leyes; digo
el que en medio de los venerados misterios se haga memoria de los que
murieron (...). Bien sabían ellos que de esto sacan los difuntos gran
provecho y utilidad.San Juan Crisóstomo. Hom. sobre la Epistola a los Filipenses
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Pensemos
en procurarles algún alivio del modo que podamos (...). ¿Cómo? Haciendo
oración por ellos y pidiendo a otros que también oren (...). Porque no
sin razón fueron establecidas por los apóstoles mismos estas leyes; digo
el que en medio de los venerados misterios se haga memoria de los que
murieron (...). Bien sabían ellos que de esto sacan los difuntos gran
provecho y utilidad. San Juan Crisóstomo. Hom. sobre la Epistola a los Filipenses Descargar versión para imprimir tríptico con MS Word (noviembre.zip, 42 KB). » Más información |
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"Aunque
Dios nos lo quite todo, nunca nos dejará sin El, mientras no lo
queramos. Pero hay más; nuestras pérdidas y separaciones no son más que
por breve plazo." San Francisco de Sales Epistolario | "Depositad
este cuerpo mío en cualquier sitio, sin que os de pena. Sólo os pido
que dondequiera que estéis, os acordéis de mí ante el altar del Señor"
(Palabras de Santa Mónica en su lecho de muerte.) San AgustínConfesiones, IX, 11 | |
Silencio y paz. Fue
llevado al país de la vida. ¿Para que hacer preguntas? Su morada, desde
ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre. Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros? Dios
mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos
están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, lo llevaste
contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la
frente y simplemente te decimos: esta bien. Sea. Silencio y paz. La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas. Se
acabó el combate. Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni
sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz
intangible asegurará definitivamente sus fronteras. Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue. Mientras
aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su
alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y
amoroso, oh Padre de misericordia. Silencio y paz. Parecemos
devolvértelos a Ti, oh Dios, de Quién los recibimos. Pero así como Tú
no los perdiste al darlos a nosotros, tampoco los perdemos cuando
regresan a Ti. Oh Amante
de Almas, Tú no das como el mundo da. Lo que das no quitas, pues lo que
es Tuyo, también es nuestro puesto que somos Tuyos, y Tú eres nuestro. La vida es eterna, el amor es inmortal; la muerte no es más que horizonte, y el horizonte no mas que límite de nuestra visión. ¡Levántanos,
oh Poderoso Hijo de Dios, para poder ver más allá; enjuga nuestros ojos
para mirar con luz más clara; acércanos a Ti para sentirnos junto a Ti y
hallarnos cerca de nuestros queridos seres que están contigo! Y
mientras preparas un lugar para nosotros, prepáranos a nosotros también
para esa tierra feliz, por que donde estés, estemos nosotros también,
por siempre. Amén. Padre Bede Jarret |
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1. Esta página esta dedicada a todos cuantos han sufrido recientemente la pérdida de un ser querido. [Volver] |
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¿ORAR POR LOS DIFUNTOS? |
¿Es de cristianos hacerlo? |
Misioneros de la Palabra de Dios Catolico: Defiende tu Fe |
PREGUNTA Estimado Padre, ¿Podemos orar por los difuntos o no? Protestantes en mi trabajo me dicen que eso esta en contra de la Escritura. | |
RESPUESTA Queridos hermanos: Les voy a contar un caso que me sucedió hace algún tiempo. Un día se murió un amigo mío que en cuanto a religión no era ni chicha ni limonada, unas veces iba a misa y otras iba al culto de los evangélicos. Cuando murió, los evangélicos lo velaron con muchos cantos y alabanzas, y al día siguiente lo llevaron al cementerio. Como era amigo mío, quise ir al cementerio a orar por él. Una vez allá, le pregunté al pastor, si me dejaba hacerle un responso, y me contestó: «El finado era oveja de nuestro rebaño y nosotros no les rezamos a los muertos porque a estas alturas de nada le sirven las oraciones». Total que no me permitieron rezarle el responso y tuve que contentarme con orar en silencio. Esta anécdota nos da pie para preguntarnos: ¿Podemos orar por los difuntos? ¿Les sirven nuestras oraciones? ¿Cuál es la doctrina católica y la evangélica al respecto?
La Doctrina católica es biblica La Biblia nos dice que después de la muerte viene el juicio: «Está establecido que los hombres mueran una sola vez y luego viene el juicio» (Hebr. 9, 27). Después de la muerte viene el juicio particular donde «cada uno recibe conforme a lo que hizo durante su vida mortal» (2 Cor. 5, 10). Al fin del mundo tendrá lugar el «juicio universal» en el que Cristo vendrá en gloria y majestad a juzgar a los pueblos y naciones. Es doctrina católica que en el juicio particular se destina a cada persona a una de estas tres opciones: Cielo, Purgatorio o Infierno. -Las personas que en vida hayan aceptado y correspondido al ofrecimiento de salvación que Dios nos hace y se hayan convertido a El, y que al morir se encuentren libres de todo pecado, se salvan. Es decir, van directamente al Cielo, a reunirse con el Señor y comienzan una vida de gozo indescriptible «Bienaventurados los limpios de corazón -dice Jesús- porque ellos verán a Dios» (Mt. 5, 8). -Quienes hayan rechazado el ofrecimiento de salvación que Dios hace a todo mortal, o no se convirtieron mientras su alma estaba en el cuerpo, recibirán lo que ellos eligieron: el Infierno, donde estarán separados de Dios por toda la eternidad. -Y finalmente, los que en vida hayan servido al Señor pero que al morir no estén aún plenamente purificados de sus pecados, irán al Purgatorio. Allá Dios, en su misericordia infinita, purificará sus almas y, una vez limpios, podrán entrar en el Cielo, ya que no es posible que nada manchado por el pecado entre en la gloria: «Nada impuro entrará en ella (en la Nueva Jerusalén)» (Ap. 21, 27). Aquí surge espontánea una pregunta cuya respuesta es muy iluminadora: ¿Para qué estamos en este mundo? Estamos en este mundo para conocer, amar y servir a Dios y, mediante esto, salvar nuestra alma. Dios nos coloca en este mundo para que colaboremos con El en la obra de la creación, siendo cuidadores de este «jardín terrenal» y para que cuidemos también de los hombres nuestros hermanos, especialmente de aquellos que quizás no han recibido tantos dones y «talentos» como nosotros. Este es el fin de la vida de cada hombre: Amar a Dios sobre todas las cosas y salvar nuestra alma por toda la eternidad.
¿Qué acontece, entonces, con los que mueren? Ya lo dijimos: Los que mueren en gracia de Dios se salvan. Van derechamente al cielo. Los que rechazan a Dios como Creador y a Jesús como Salvador durante esta vida y mueren en pecado mortal se condenan. También aquí la respuesta es clara y coincidente entre católicos y evangélicos. -Pero, ¿qué ocurre con los que mueren en pecado venial o que no han satisfecho plenamente por sus pecados? Ahí está la diferencia entre católicos y evangélicos. Los católicos creemos en el Purgatorio. Según nuestra fe católica, el Purgatorio es el lugar o estado por medio del cual, en atención a los méritos de Cristo, se purifican las almas de los que han muerto en gracia de Dios, pero que aún no han satisfecho plenamente por sus pecados. El Purgatorio no es un estado definitivo sino temporal. Y van allá sólo aquellos que al morir no están plenamente purificados de las impurezas del pecado, ya que en el cielo no puede entrar nada que sea manchado o pecaminoso. Ahora bien, según los evangélicos no hay Purgatorio porque no figura en la Biblia y Cristo salva a todos, menos a los que se condenan. Para nosotros, los católicos hay Purgatorio y en cuanto a su duración podemos decir que después que venga Jesús por segunda vez y se ponga fin a la historia de la humanidad, el Purgatorio dejará de existir y sólo habrá Cielo e Infierno. El Apóstol Pablo dice, además, que en el día del juicio la obra de cada hombre será probada. Esta prueba ocurrirá después de la muerte: «El fuego probará la obra de cada cual. Si su obra resiste al fuego, será premiado, pero si esta obra se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. El se salvará pero como quien pasa por el fuego» (1 Cor. 3, 15). La frase: «tendrá que pagar» no se puede referir a la condena del Infierno, ya que de ahí nadie puede salir. Tampoco puede significar el Cielo, ya que allá no hay ningún sufrimiento. Sólo la doctrina y la creencia en el Purgatorio explican y aclaran este pasaje. Pero, además, en la Biblia se demuestra que ya en el Antiguo Testamento, Israel oró por los difuntos. Así lo explica el Libro II de los Macabeos (12, 42-46), donde se dice que Judas Macabeo, después del combate oró por los combatientes muertos en la batalla para que fueran liberados de sus pecados. Dice así: «Y rezaron al Señor para que perdonara totalmente de sus pecados a los compañeros muertos». Y también en 2 Timoteo 1, 1-18, San Pablo dice refiriéndose a Onesíforo: «El Señor le conceda que alcance misericordia en aquel día».
Por consiguiente, según nuestra fe católica, al leer atentamente la Biblia, si se pueden ofrecer oraciones, sacrificios y Misas por los muertos, para que sus almas sean purificadas de sus pecados y puedan entrar cuanto antes a la gloria a gozar de la presencia divina. Los evangélicos insisten en que la palabra «Purgatorio» es una pura invención de los católicos y que ni siquiera este nombre se halla en la Biblia. Nosotros argumentamos que tampoco está en la Biblia la palabra «Encarnación» y, sin embargo, todos creemos en ella. Tampoco está la palabra «Trinidad» y todos, católicos y evangélicos, creemos en este misterio. Por tanto, su argumentación no prueba nada. En definitiva, el porqué de esta diferencia es muy sencillo. Ellos sólo admiten la Biblia, en cambio para nosotros, los católicos, la Biblia no es la única fuente de revelación. Nosotros tenemos la Biblia y la Tradición. Es decir, si una verdad se ha creído en forma sostenida e ininterrumpida desde Jesucristo hasta nuestros días es que es dogma de fe y porque el Pueblo de Dios en su totalidad no puede equivocarse en materia de fe porque el Señor ha comprometido su asistencia. Es el mismo caso de la Asunción de la Virgen a los cielos, que si bien no está en la Biblia, la Tradición cristiana la ha creído y celebrado desde los primeros tiempos, por lo que se convierte en un dogma de fe. Además esto lo ha reafirmado la doctrina del Magisterio durante los dos mil de fe de la Iglesia Católica.
La Tradición de la Iglesia Católica=cristianismo primitivo La Tradición constante de la Iglesia, que se remonta a los primeros años del cristianismo, confirma la fe en el Purgatorio y la conveniencia de orar por nuestros difuntos. San Agustín, por ejemplo, decía: «Una lágrima se evapora, una rosa se marchita, sólo la oración llega hasta Dios». Además, el mismo Jesús dice que «aquel que peca contra el Espíritu Santo, no alcanzará el perdón de su pecado ni en este mundo ni en el otro» (Mt. 12, 32). Eso revela claramente que alguna expiación del pecado tiene que haber después de la muerte y eso es lo que llamamos el Purgatorio. En consecuencia, después de la muerte hay Purgatorio y hay purificación de los pecados veniales.
Resumiendo, entonces, digamos que con nuestras oraciones podemos ayudar a los que están en el Purgatorio para que pronto puedan verse libres de sus sufrimiento y ver a Dios. No obstante, como que en la práctica, cuando muere una persona, no sabemos si se salva o se condena, debemos orar siempre por los difuntos, porque podrían necesitar de nuestra oración. Y si ellos no la necesitan, le servirá a otras personas, ya que en virtud de la Comunión de los Santos existe una comunicación de bienes espirituales entre vivos y difuntos. Esto explica aquella costumbre popular de orar «por el alma más necesitada del Purgatorio».
Las catacumbas En las catacumbas o cementerios de los primeros cristianos, hay aún esculpidas muchas oraciones primitivas, lo que demuestra que los cristianos de los primeros siglos ya oraban por sus muertos. Del siglo II es esta inscripción: «Oh Señor, que estás sentado a la derecha del Padre, recibe el alma de Nectario, Alejandro y Pompeyo y proporciónales algún alivio». Tertuliano (año 160-222) dice: «Cada día hacemos oblaciones por los difuntos». San Juan Crisóstomo (344-407) dice: «No en vano los Apóstoles introdujeron la conmemoración de los difuntos en la celebración de los sagrados misterios. Sabían ellos que esas almas obtendrían de esta fiesta gran provecho y gran utilidad» (Homilía a Filipo, Nro. 4).
Amigos y hermanos míos, creo que les quedará bien claro este punto tan importante de nuestra fe. Quien se profese católico no sólo puede sino que debe orar por sus difuntos Y aquí cabe una pregunta: ¿Cómo queremos que nos recuerden nuestros amigos y familiares cuando nos muramos, con o sin oración? Por lo menos entre los católicos, todos dirán que su deseo es que oren por ellos y que se les recuerde con la Santa Misa, porque aunque un católico muera con todos los sacramentos, siempre puede quedar en su alma alguna mancha de pecado(Ap 21,27) y por eso conviene orar por ellos. Este es el sentir de la Iglesia Católica desde sus comienzos.
En lo que se refiere al Purgatorio hay que agregar que no es como una segunda oportunidad para que la persona establezca una recta relación con Dios. La conversión y el arrepentimiento deben darse en esta vida. Los católicos, pues, no nos contentamos solamente con cantar alabanzas y glorificar a Dios, sino que elevamos plegarias a Dios y a la Santísima Virgen por nuestros difuntos y con más razón en los días inmediatos a su muerte.
La oración por los difuntos Los primeros misioneros que evangelizaron América introdujeron la costumbre, que aún perdura en algunos lugares, de reunirse y hacer un velorio que se prolonga por una semana o nueve días. Se reza aún una Novena en la que los familiares se congregan para acompañar a los deudos y ofrecen a Dios oraciones por el difunto. También la Iglesia, desde tiempo inmemorial, introdujo la costumbre de celebrar el día 2 de Noviembre dedicado a los difuntos, día en el que los católicos vamos a los cementerios y, junto con llevar flores, elevamos una oración por nuestros seres queridos. Los evangélicos, por lo general, sólo alaban a Dios por los favores que Dios le concedió al difunto. Pocas son las sectas que oran por ellos. En materia doctrinal, hay mucha variedad entre una secta y otra, ya que, como interpretan la Biblia según su libre albedrío, cada iglesia y cada persona tienen su propio criterio. En cambio, entre los católicos sabemos que cualquier texto de la Escritura no debe ser objeto de interpretación personal, sino que la Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, nos revela a través de sus pastores el verdadero sentido de cada texto. Y en este sentido, el Papa es el garante la verdad revelada, es decir, del depósito de la Fe. Así, el Papa nos confirma en que nuestra Fe es la misma de los primeros cristianos, y la misma que perdurará hasta el fin de los tiempos. Digamos, para terminar, que los católicos no sólo podemos orar por los difuntos, sino que éste es un deber cristiano que obliga, especialmente, a los familiares y a los amigos más cercanos. (Ef 6,18) Orar por los vivos y por los difuntos es una obra de misericordia. De la misma manera que ayudaríamos en vida a sus cuerpos enfermos, así, después de muertos, debemos apiadarnos de ellos rezando por el descanso eterno de sus almas. Ente los católicos la tradición es orar por los difuntos y en lo posible celebrar la Santa Misa por su eterno descanso. Ef 6,18-20 Dice la Liturgia: "dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna" Y san Agustín, un obispo cristiano de los primeros siglos dijo:"Una lágrima se evapora, una flor se marchita, sólo la oración llega al trono de Dios". Tema realizado por P. Paulo Dierckx //P. Miguel Jordá
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